jueves, 28 de julio de 2011

Contraproducencia


Lágrimas que con una melodía podrían ser menos sufridas.
Gotas de sudor que con una caminata vuelven al interior.
Sangre que con suaves caricias anhela libertad.

Cortes superficiales que ahondan en lo más profundo
de una mente saturada.
Llamas  lacerantes que desconocen el deshielo
de una conciencia vacía.
Límites desolados que proclaman juramentos
al cielo abierto a pieles desconocidas y ausentes.

viernes, 22 de julio de 2011

A mediodía


Ya la había visto mil y una vez. Sólo que en esta ocasión no lo hacía solo. Era 'Planet Terror' la que reproducía el cacharro de las películas. No le quedaba ya mucho, ya casi terminando. A la protagonista le ponían una ametralladora donde antes tenía una pierna.

Como ya he dicho, no estaba solo. Él me acompañaba, repantigado conmigo en el sofá de la sala de estar. Sabía que apenas le prestó atención al argumento del film, un tanto bizarro. Llevaba toda la mañana canzando sus tipicas puntillitas, o mejor dicho, sus indirectas poco discretas. La sutileza no ha sido nunca su fuerte.

-Si tuvieras una ametralladora en la pierna, -le dije en ese preciso momento. Había decidido súbitamente no acallar más a mis instintos.- ¿Qué harías?
-¡A ti te lo voy a decir!
-¿Y por qué no me lo quieres decir? No tiene nada de malo...
-Tu quedate tranquilo, que si alguna vez amputan la pierna y me ponen una de ésas -señalando la pantalla.
-¿Y si no quiero esperar? -acerqué mi cara a la suya a la un palmo por sílaba, hasta que una sílaba separó nuestros labios.- ¿Y si quiero que me respondas ya? -Una increíble explosión estalló en el televisor, llevándose su atención apenas unas milésimas. Podía ver la tensión en su cara, tan cerca de la mía.
-¿Qué vas a hacer si no quiero responder? -Su nariz rozó la mía por un instante, y el miedo se sumó a la tensión de su faz.
-¿Estás seguro -me pegué a él hasta que pudo sentir mi aliento. Un tanto difícil de aprovechar la oportunidad de volver atrás, pero ahí estaba.- de que quieres que te lo sonsaque?
-¿Y qué si quiero que me lo sonsaques? -bajó la vista hasta mis labios y las volvió a subir rápidamente, arqueando ambas cejas.

Entonces recorrí el pequeño trecho que no separaba, que a mi mente le parecieron varios kilómetros arduos de una cuesta, y al fin rocé sus labios. Su boca se abrió, dejándome pasar. Mi lengua pidió permiso a su s labios con una suave caricia. Me di cuenta de que mis ojos se habían cerrados instintivamente, y su húmeda lengua palpaba mis dientes. Antes de que llegara a rozarme las encías, deslicé mi mano derecha hacia el centro de su placer, masajeándolo por encima de la ropa. Llegó hasta mi paladar, y sin previo aviso tuvo lugar una batalla de lenguas a la vez que notaba unos dedos introducirse en mi ropa interior.
Antes de que su mano encontrara lo que buscaba, me incorporé y me senté sobre él, con las  piernas separadas por las suyas e impidiéndole el acceso a lo que quería de mi, con una mano a apoyada a cada lado de su cabeza y sin detener la refriega de húmedas.
Un momento después detuvimos la contienda separándonos. Le miré. Me miró, y se mordió un labio mientras respirábamos descompasados. Cogí su camiseta justo por encima del cinturón que aseguraba sus vaqueros y tiré hacia arriba. Ayudó levantando ambos brazos hacia el techo y terminó la tregua que de mutuo acuerdo habíamos dado al combate, en cuyo fragor intervenían dientes, que daban mordiscos a labios ajeno; encías, surcadas por cuerpos humedecidos; campanillas, rozadas por la magia y dos contendientes principales, aquellas dos lenguas amigas.

Después de cierto tiempo que no acierto a determinar, dí por finalizada la escaramuza bocal sin perdedor o ganador definido levantando la cabeza. Le miré a los ojos, aquel verde mar en el que me perdería sin brújula, y le di una clara idea de lo que venía ahora. Me levanté y cogí su mano, para guiarle hasta la habitación donde tendría lugar la batalla que decidiría la guerra.

miércoles, 20 de julio de 2011

Deseos, sentidos e imposibles



'Cause what I didn't
Como flotando en el aire,
justo antes de romper el suelo.
Como jugando entre los dedos con la bala
justo antes de la ruleta rusa.
Como corriendo libre por la jungla
justo antes del monzón.

Sentir el espacio entre cada dedo,
sufrir la distancia entre cada víscera,
salir del trance y volar entre aviones de papel.

Volver a montar a lomos del caballo alado
sin levantar la vista de su crin.
Despertar del sueño en que caes eternamente
y regresar a él instantes después del choque.
Oir el suave y dulce canto del ave fénix ardiendo en llamas
sin poder salir de la oscuridad que lo envuelve.
Sacrificar la materia gris del univero en movimiento
a cambio del corazón marchito.

domingo, 10 de julio de 2011

Lanzas de hojarasca

Por tí lucharé,
sangraré mis demonios
por cada poro de esta piel
sucia, raía y necia en el saber,
cual siempre ha permanecido.

Por todas las preguntas,
las noches de calor
bajo las sábanas
sonriéndole a la primavera.

Por todo el tiempo,
las mañanas de carreras y soledad
en que bordeaba las calles
hasta que solía perder el norte.

Por todos los caminos,
recorridos en bicicletas
sin cadenas, y las piedras
sueltas que en el momento justo lanzaré.