haz que cualquier nimiedad,
que deje a un lado cualquier lloro.
Dile a mi vida, que es mejor mirar,
que una mirada vale más que hablar.
No dejes que volvamos a caer en lo que una vez dejo de ser,
permiteme así entrar, entender y enterrar lo que al fin dejé.
Busquemos en un fracción de segundo
algo más allá de este descolocado mundo,
la sonrisa de una niña pequeña
que como una flecha nos fulmine su mirada.
Mirame mal, para poder rogar
que sea mi locura,
y no algo fuera de lo común,
nada que no pueda solucionar.
Pensemos al pasear
que no hubo más,
nada que recordar
y sin nada que olvidar.
Hechemos una mirada al mar,
y comparemos el horizonte
sin romper a llorar
por no ser bastante
Por que te miro,
y no hallo más
que al dulce hombre que me hace
estremecer por tanto...