sábado, 27 de agosto de 2011

Caso crónico de maldición


Aunque las las maldiciones,
se pueden romper...
Extrañar mientras en mi existir
de soledad y decisiones asesinas,
se acaba mi tiempo para despertar
de la pesadilla sobre el rio de piedra
y la llamada iressistible del no saber de mi.

Fue mi propia decisión,
saber que el tiempo se agota
y se hunde como nave a la deriva.

Como entre las dulces sábanas
del sueño oscuro que no soporto soñar.
Como tu luz despertando mis bajos instintos,
sin dejarme respirar ni dar marcha atrás,
volver al templo que me dio vida
y al que devuelvo sufrimiento.

Tal como un caso crónico de maldición.

sábado, 13 de agosto de 2011

Gritarlo al viento con la garganta muda


5 días y contando.
Sentado en una esquina,
en el tejado del rascacielos
más pequeño de la ciudad.

Cuando la brisa acerca el recuerdo,
de un último vistazo,
de un olor añorado
y un ínfimo roce deseado.

Contándole al viento
los motivos del desvelo,
sin lágrimas que limpiar
y un alma dispuesto a entregar.

Hasta que la madrugada
deje de encender la última bombilla
y la primera gota de rocío aparezca,
eterna será la espera.

Cuando la brisa acerca el recuerdo,
de un último vistazo,
de un olor añorado
y un ínfimo roce deseado.

lunes, 1 de agosto de 2011

Amanecer


Texto original:'Amanecer', de J.V. Iborra en Reloj de Arena
Es pronto, pero ya ha amanecido. Se escucha el sonido de los primeros claxons, el de los primeros portazos, el de las cucharillas removiendo el azúcar en la taza. Las persianas suben y bajan, algunos quieren dormir más pero no pueden, otros intentan hacerlo y algo se lo impide. Desde mi ventana no se ve el mundo, pero se oye el arrullo de las palomas al pasar. Vienen y van de esos viejos tejados que ocupan despreocupadas, viendo como pasa el tiempo.

Hay cientos de lugares en los que creo haber estado. He leído, he escrito sobre ellos. Me imagino al alba viendo aparecer las primeras luces en el horizonte oriental, viendo como el infinito sostiene al cielo, viendo como cambian de color según las estaciones.

Pasan los segundos, avanza la mañana, el Sol cada vez más erguido vigila desde allá arriba. Nos observa, se ríe de nosotros, sabe de su importancia. Desaparece orgulloso por la noche, quizás no vuelva más. Es esa incertidumbre la que otorga a la noche su tenebrosidad. Las estrellas también nos iluminan, igual que la Luna, pero el Sol... El Sol nos habla del tiempo, de los granos de arena que van cayendo en el reloj. Del mundo, ese lugar redondo que tantas veces ha iluminado. Poco a poco el astro se aleja de mi vista. Desaparece en el horizonte occidental, le sustituirá una inevitable oscuridad. Quién sabe si mañana volverá a aparecer, hay tantos sitios que me quedan por ver...

jueves, 28 de julio de 2011

Contraproducencia


Lágrimas que con una melodía podrían ser menos sufridas.
Gotas de sudor que con una caminata vuelven al interior.
Sangre que con suaves caricias anhela libertad.

Cortes superficiales que ahondan en lo más profundo
de una mente saturada.
Llamas  lacerantes que desconocen el deshielo
de una conciencia vacía.
Límites desolados que proclaman juramentos
al cielo abierto a pieles desconocidas y ausentes.

viernes, 22 de julio de 2011

A mediodía


Ya la había visto mil y una vez. Sólo que en esta ocasión no lo hacía solo. Era 'Planet Terror' la que reproducía el cacharro de las películas. No le quedaba ya mucho, ya casi terminando. A la protagonista le ponían una ametralladora donde antes tenía una pierna.

Como ya he dicho, no estaba solo. Él me acompañaba, repantigado conmigo en el sofá de la sala de estar. Sabía que apenas le prestó atención al argumento del film, un tanto bizarro. Llevaba toda la mañana canzando sus tipicas puntillitas, o mejor dicho, sus indirectas poco discretas. La sutileza no ha sido nunca su fuerte.

-Si tuvieras una ametralladora en la pierna, -le dije en ese preciso momento. Había decidido súbitamente no acallar más a mis instintos.- ¿Qué harías?
-¡A ti te lo voy a decir!
-¿Y por qué no me lo quieres decir? No tiene nada de malo...
-Tu quedate tranquilo, que si alguna vez amputan la pierna y me ponen una de ésas -señalando la pantalla.
-¿Y si no quiero esperar? -acerqué mi cara a la suya a la un palmo por sílaba, hasta que una sílaba separó nuestros labios.- ¿Y si quiero que me respondas ya? -Una increíble explosión estalló en el televisor, llevándose su atención apenas unas milésimas. Podía ver la tensión en su cara, tan cerca de la mía.
-¿Qué vas a hacer si no quiero responder? -Su nariz rozó la mía por un instante, y el miedo se sumó a la tensión de su faz.
-¿Estás seguro -me pegué a él hasta que pudo sentir mi aliento. Un tanto difícil de aprovechar la oportunidad de volver atrás, pero ahí estaba.- de que quieres que te lo sonsaque?
-¿Y qué si quiero que me lo sonsaques? -bajó la vista hasta mis labios y las volvió a subir rápidamente, arqueando ambas cejas.

Entonces recorrí el pequeño trecho que no separaba, que a mi mente le parecieron varios kilómetros arduos de una cuesta, y al fin rocé sus labios. Su boca se abrió, dejándome pasar. Mi lengua pidió permiso a su s labios con una suave caricia. Me di cuenta de que mis ojos se habían cerrados instintivamente, y su húmeda lengua palpaba mis dientes. Antes de que llegara a rozarme las encías, deslicé mi mano derecha hacia el centro de su placer, masajeándolo por encima de la ropa. Llegó hasta mi paladar, y sin previo aviso tuvo lugar una batalla de lenguas a la vez que notaba unos dedos introducirse en mi ropa interior.
Antes de que su mano encontrara lo que buscaba, me incorporé y me senté sobre él, con las  piernas separadas por las suyas e impidiéndole el acceso a lo que quería de mi, con una mano a apoyada a cada lado de su cabeza y sin detener la refriega de húmedas.
Un momento después detuvimos la contienda separándonos. Le miré. Me miró, y se mordió un labio mientras respirábamos descompasados. Cogí su camiseta justo por encima del cinturón que aseguraba sus vaqueros y tiré hacia arriba. Ayudó levantando ambos brazos hacia el techo y terminó la tregua que de mutuo acuerdo habíamos dado al combate, en cuyo fragor intervenían dientes, que daban mordiscos a labios ajeno; encías, surcadas por cuerpos humedecidos; campanillas, rozadas por la magia y dos contendientes principales, aquellas dos lenguas amigas.

Después de cierto tiempo que no acierto a determinar, dí por finalizada la escaramuza bocal sin perdedor o ganador definido levantando la cabeza. Le miré a los ojos, aquel verde mar en el que me perdería sin brújula, y le di una clara idea de lo que venía ahora. Me levanté y cogí su mano, para guiarle hasta la habitación donde tendría lugar la batalla que decidiría la guerra.

miércoles, 20 de julio de 2011

Deseos, sentidos e imposibles



'Cause what I didn't
Como flotando en el aire,
justo antes de romper el suelo.
Como jugando entre los dedos con la bala
justo antes de la ruleta rusa.
Como corriendo libre por la jungla
justo antes del monzón.

Sentir el espacio entre cada dedo,
sufrir la distancia entre cada víscera,
salir del trance y volar entre aviones de papel.

Volver a montar a lomos del caballo alado
sin levantar la vista de su crin.
Despertar del sueño en que caes eternamente
y regresar a él instantes después del choque.
Oir el suave y dulce canto del ave fénix ardiendo en llamas
sin poder salir de la oscuridad que lo envuelve.
Sacrificar la materia gris del univero en movimiento
a cambio del corazón marchito.

domingo, 10 de julio de 2011

Lanzas de hojarasca

Por tí lucharé,
sangraré mis demonios
por cada poro de esta piel
sucia, raía y necia en el saber,
cual siempre ha permanecido.

Por todas las preguntas,
las noches de calor
bajo las sábanas
sonriéndole a la primavera.

Por todo el tiempo,
las mañanas de carreras y soledad
en que bordeaba las calles
hasta que solía perder el norte.

Por todos los caminos,
recorridos en bicicletas
sin cadenas, y las piedras
sueltas que en el momento justo lanzaré.

miércoles, 29 de junio de 2011

Intercambio de sabores frutales

Sé que ahora y siempre
lo volveré a intentar.
Regresar a la capital
donde lo hay que buscar
sin necesidad de pensar...

Sólo quiero mi venda quebrar,
dejar de oir los murmullos
y aprender a escuchar.

Sé que ahora el tiempo
me va a sorprender,
todo lo pasado se olvidará
y los reproches desaparecerán.

La luz se extingue
cada vez que intento cavar
a encontrar la realidad.
La superficie se hunde
ante la abrumante rotundidad
de las pruebas a mostrar.

viernes, 10 de junio de 2011

Desobediencias




Nada que aprender,
sentencias que acatar,
veletas que reorientar
y valores que entender

Salir como un bebé
sediento de saber,
golpearse contra el mismo muro
hasta aprender que la rendición
no es poner en jaque tu rey,
sino llevarlo a la horca.

viernes, 3 de junio de 2011

Primero la perdición, luego el ruego


Hoy, como mañana
en la expiración.
No le tengo miedo nada
nisiquiera al dolor.

Si quieres ver algo
estraño en mi,
ruegale a tu dios.
Tal vez te de la bendición.

lunes, 30 de mayo de 2011

Primero la rendición, luego el ruego


Hoy, como mañana
en la expiración.
No le tengo miedo nada
nisiquiera al dolor.

Si quieres ver algo
estraño en mi,
ruegale a tu dios.
Tal vez te de la bendición.

sábado, 26 de marzo de 2011

domingo, 20 de marzo de 2011

De soledad invertida


Domingos naturales,
ebrios y ahumados,
que esconden la verdad del pasado.

Escondidas en el agua
hojas caidas y secas
que, humedecidas por su escondite,
brillan a la luz de la tarde.

jueves, 3 de marzo de 2011

Ansia

Que la situación no cambia,
no mejora,
y así hora tras hora.

Y de poderosa juventud,
eterna libertad
esencia de misericordia
ansiando pura gratitud.

sábado, 8 de enero de 2011

Cambio de divisa

Fuiste tú quién borró
de la tristeza parte de la soledad.
Fuiste tú quién encontró
de entre la oscuridad un resquicio de placer terrenal.
Fuiste tú quién decidió
que la luna sería mía aquel atardecer.

Y a cambio de todo.

Fueron desastres acaecidos
en noches desplicentes,
fueron sombras banquecinas
derás de bocanadas de humo,
fueron horas intempestivas
repletas de humillaciones.

Quienes, entre otras, sucumbieron
a la otra cara de la moneda.
Y por que de entre todas
las cosas,
me sigo preguntando
lo mismo.