que me atan a la libertad,
sacia mi sed y sacude mis sentidos
que de tanto lamer tengo
mis latidos heridos.
Procura alejarte,
que ya yo me acerco
y que si cambias las tornas
bailaremos un buen tango.
Sujeta tus deseos,
o los arrancaré a pedazos
y los haré míos.
Tu ya sabes lo que digo.
Caer en la cuenta,
de que el error no fue ajeno,
sino propio.