Y yo qué sé de todo esto,
sólo soy un titere dentro de una caja de cartón.
Amanece y es sólo una parte más de crecer,
se pone el sol tras las cortinas y es una diminuta mancha tras el cristal del coche.
Vaya suerte la mía, que mi camino se cierra a cada moneda tirada en el suelo.
Siendo mi día, desaparezco y crezco, solo, en el silencio de una vida sin sentido.
Y es cada vez que siento, lo que me recorre por dentro
se para el tiempo para dejarme ver lo que ven desde lejos.
Miles de cosas
y cosas a miles...