Con escuchar la voz
me pareció volver a la infancia,
peroa la presencia
regresé a la dureza de la veintena.
Que ya no me compensa,
que no me trae a cuenta
seguir de tu lado.
Pese a que mis rojos nervios
me impulsen a seguir como si nada
en el vano intento de volver a lo que fue
tras su desdicha,
casi no me interesa.
O algo así...
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