Cómo puede alguien pedir más...
la sorpresa y la esencia al mar,
y junto al vudú, la presencia al mar.
Lo que no importa,
los ríos, los lamentos,
la inconsistencia y el recuerdo
aprenderán a nadar.
Cada lucha perdida en la refriega,
toda la ignorancia de necesitar
y esa pertenencia que no corresponde...
Soledades de silencios,
temblores oscuros,
relojes de pared...
...esos que gritan y arañan
la triste verdad,
envuelven al que no camina.
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