Perdido otra vez por sus ojos,
son de nuevo esos labios.
Cuando lo natural es falso,
y lo falso oculta en lo breve
una tempestad en la distancia.
Me pierdo mirando,
y me sorprendo deseando.
Vuelve un feo recuerdo con vuelos,
y yo,
ahora no tan malo,
una memoria con significado.
Y una caída,
¡Ay! Qué caída...
Se ve, se intuye, y ahora tiemblo.
La estúpida rabia, el odio visceral,
una historia, esa risa...
Esa risa.
Esa que olvido cuando no la oigo,
esa que a veces en sueños aparece,
esa que contagia y poros recorre,
esa que realmente nunca olvido.
Aquel otro, cuando cae,
no hace lo que dicen.
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