del calor húmedo en rescoldos del amanecer.
Vuelan mil corazones,
estrellados en la noche iluminada
repleta de estrellas escondidas
entre la bruma de la ciudad.
Alzadas luces de neón
atrapan el corazón.
Recuperado de la perdición
y recaigo en el mortal ardor,
queda la suerte escondida en un botón.
La pureza del azar,
maltrecha de soledad,
estima resurgir frialdad.
"De cuando las espinas están acolchadas y las plumas afiladas como garras de halcón"